Obtener mejores resultados
Ya sea si estás en el principio de tu camino como emprendedor o cuentas con un negocio establecido, es importante que tengas en cuenta que la productividad de tu negocio depende exclusivamente de ti y las decisiones que tomes. Es por esto que debes tomarte el tiempo para formarte y ser, separado de tu negocio, una persona productiva, allí encontrarás gran parte de lo que necesitas para llevar tu proyecto por el camino del éxito.
Contrario a lo que muchos creen, la productividad no es levantarse muy temprano, trabajar por horas y pasar todo el día ocupados en las labores, pues lo cierto es que productividad no es igual a pasarnos la vida trabajando sin descanso.
Entonces, ¿qué es la productividad?
Podemos definir este proceso señalando que la productividad es un método que nos permite aprovechar eficientemente cada parte de tiempo, destinándolo a todo lo que debemos hacer; desde muy temprano con los primeros pensamientos del día, hasta la hora de descansar. La productividad nos permite hacer nuestras actividades con menos trabajo y en menos tiempo, mejorando las situaciones que aportan valor y dejando a un lado situaciones que se roban nuestro tiempo negativamente.
Cómo lo aplico a mi negocio
Luego de conocer qué es y cómo funciona la productividad, es momento de conocer cómo podemos aplicarla a nuestro negocio para mejorar nuestras operaciones y en definitiva, los resultados que obtenemos de él, veamos:
Plantea tus objetivos
No podemos avanzar correctamente si no sabemos para dónde vamos. Así que lo primero que debemos hacer es establecer y plantear nuestros objetivos, las actividades en las que nos vamos a enfocar que nos permiten estar cada vez más cerca de aquello que queremos conseguir. Esta es una excelente manera de programar nuestra mente para que todo lo que hagamos se sincronice y nos lleve a ello.
Cómo hacerlo: Determina qué esperas y cómo quieres ver en un tiempo tu negocio, en unos meses o al finalizar el año. Estos deben ser objetivos específicos, como tener dos locales físicos en dos años, aumentar el número de ventas cada mes, etc. Tus objetivos deben ser realistas y deben impulsarte al desafío para conseguirlos.
Elimina lo que reduce tu rendimiento
Es clave que identifiques acciones o situaciones que no te aportan valor en el camino para lograr tus objetivos. Debes enfocar tu atención en aquello que te construye y te ayuda a ser mejor, mejorar tus estrategias, aprender y practicar. Esta es una de las mejores estrategias para mejorar y aprovechar todo nuestro tiempo.
Cómo hacerlo: Las actividades que reducen tu rendimiento te roban tiempo y te alejan de tus objetivos, de lo que quieres conseguir, como por ejemplo ver programas de televisión que no te aporten, pasar mucho tiempo en redes sociales sin nada útil, e incluso tener reuniones o encuentros con personas que no te aportan. Busca alejarte de ello y dedicarte a las actividades que te ayudan en el camino, como los libros, conseguir más clientes, crear un nuevo producto, etc.
Lleva contigo una lista de actividades
A lo largo del día siempre tendremos muchas actividades que hacer, algunas planeadas y otras que aparecen de forma repentina, en muchos casos robando el tiempo de aquellas tareas que debíamos hacer. Para que esto no pase o no se te olvide, realiza una lista de actividades diarias que te permita organizar todo lo que tienes que hacer ese día y así, aprovecharás tu tiempo.
Cómo hacerlo: No importa el formato, si es escrito físicamente o en formato digital, la clave es que siempre esté contigo esta lista y puedas ir señalando aquellas que ya hiciste y las que te faltan en orden de importancia. Algunas de ellas pueden ser: iniciar la campaña de publicidad que ya se diseñó, llamar a una persona por teléfono, actualizar las redes sociales del negocio, etc. Allí también puedes agregar notas y tareas por hacer para otros días de la semana.
Aprovecha el tiempo
Lograr ser una persona productiva implica usar cada parte de nuestro día en actividades que nos permitan acercanos cada vez más a nuestros objetivos, en la medida de nuestras posibilidades. Por ello es clave priorizar las actividades de mayor urgencia y realizarlas lo antes posible.
Cómo hacerlo: Utiliza los momentos en los que te sea posible para cumplir con algunas tareas urgentes que esperen en tu lista de actividades, también podrás ir adelantando otras que tengas para unos días después y que te conduzcan a tus objetivos. Una forma de hacerlo es leer mientras esperas en una fila, repartir nuestra publicidad en sitios donde estemos realizando diligencias, oír audio cursos para aprender algún tema nuevo para nuestro negocio, etc. Todo lo que te acerque a tus objetivos.
Comprende la importancia de decir “no”
Para la productividad las reuniones con amigos y la relación con la sociedad no están prohibidas, no obstante, identifica aquellos momentos en los que tienes pendiente una actividad importante que no puedes posponer para decir “no” cuando una invitación aparezca o una petición con otra persona. Decir “no” sin miedo, fortalece tu productividad.
Cómo hacerlo: No estamos diciendo que lo hagas siempre, por el contrario, las relaciones personales son necesarias, pero aprende a decir “no” cuando una actividad no te convenga si esta se cruza con una tarea importante que debes terminar. No pongas en riesgo la productividad que has alcanzado, siempre hay tiempo para todo.
Presta atención al descanso
No somos más productivos pasando más horas trabajando, al contrario, nuestro rendimiento disminuye. En la medida en la que busquemos equilibrar el descanso con nuestros tiempos de trabajo, obtendremos resultados realmente eficientes. Debes tener el tiempo suficiente para reponer tus energías, liberar tu mente y pensar en otras cosas que no sean trabajo, pero este no debe ser excesivo.
Cómo hacerlo: El tiempo de descanso está compuesto no sólo por las horas tomamos para dormir, sino también el compartir en familia, con amigos, tomar un paseo luego de una sesión de trabajo, unas vacaciones luego de jornadas muy pesadas, algunos días libres, etc. Debemos ser lo suficientemente disciplinados como para equilibrar nuestro descanso e identificar nuestros niveles de energía para volver al trabajo.
Toma descansos cortos durante el trabajo
Despejar la mente de las actividades que estamos realizando es una técnica y un momento necesario durante nuestras sesiones de trabajo. La mente se cansa de estar por mucho tiempo en una sola tarea, por lo que es más productivo tomar pequeñas pausas luego de unos momentos para dejarla descansar y luego retomar, cuando hayas renovado la energía.
Cómo hacerlo: Deben ser pequeñas pausas luego de sesiones de una o dos horas donde podemos levantarnos de la mesa, estirar las piernas, mirar por la ventana, etc.
Construye hábitos saludables
La clave de la productividad es construir y mantener una mente y cuerpo completamente sanos y fuertes que nos ayuden a mantenernos en las condiciones necesarias para lograr nuestros objetivos. Es por esto que llevar una vida saludable se vuelve una necesidad de gran importancia, pues de ello depende el nivel de energía que tengamos y el que podamos usar diariamente.
Cómo hacerlo: Cada tipo de cuerpo requiere de una cantidad de sustancias y nutrientes diferentes al anterior, sin embargo, ninguno está excento de incorporar a sus hábitos alimenticios frutas, verduras, cereales y un consumo de agua diario. A esto se le debe sumar la práctica de actividades físicas con regularidad, el horario de sueños que debe rondar entre 6 y 8 horas y el abandono de hábitos negativos como el exceso de la comida rápida y las grasas, así como el cigarrillo y las bebidas alcohólicas.
Evita el perfeccionismo
Existe una línea importante entre ser perfeccionistas y procurar hacer nuestras actividades con una buena calidad. La desventaja de ser estrictamente meticulosos con lo que hacemos a tal punto de llegar al perfeccionismo, radica en que revisar que todo esté perfectamente puesto se roba gran parte de nuestro tiempo, lo que presiona a nuestro sistema nervioso y podría disminuir el rendimiento de nuestro trabajo en otras actividades.
Cómo hacerlo: Antes, durante y después del proceso, procura que en el momento en el que estás realizando una tarea o trabajo, este se vaya construyendo de forma correcta y con buena calidad, buscando en ellos las mejoras posibles y haciendo lo que esté a nuestro alcance. Evita la presencia de la perfección y busca concluir con este proceso. No te obsesiones por encontrar el punto de quiebre, confía en lo que has hecho si te has esforzado para ello.
Siempre establece plazos
A nivel general, una de las mejores formas de conseguir un rendimiento positivo de las actividades que realizamos es tener plazos para realizarlos, por ello es necesario que haya un tiempo de plazo para cada actividad que planteamos en nuestra lista de actividades, ubicándolo en orden de prioridad y tiempos de entrega.
Cómo hacerlo: Se trata de un compromiso propio, por lo que será necesario establecer un límite de tiempo para una actividad, pero también para los objetivos que nos hemos planteado en el proceso. Esta también es una forma de motivar nuestra mente para el cumplimiento de cada uno de ellos y continuar creciendo.
Como vimos, la productividad busca que puedas rendir cada vez mejor en tu proceso. Lo mejor es que es una disciplina que no sólo se ajusta para nuestro rendimiento en el área laboral y de los negocios, sino a nuestra vida diaria, pues nos permite sentirnos mucho mejor con nosotros mismos en la medida en la que vamos cumpliendo nuestros objetivos. La satisfacción de ser una persona productiva te llenará de motivos y fuerza para seguir con tu camino en la búsqueda del éxito. Por ello, antes de empezar con tu negocio, te recomendamos formarte primero.