Planifica tu estrategia de emprendimiento
Una de las razones más frecuentes que puede hacer que un negocio no avance, es no contar con una estrategia para emprender definida, una hoja de ruta que nos permita saber e identificar el curso que tomará nuestro negocio en el mercado. Esto muchas veces sucede porque no hay una preparación y planeación para proyectar nuestro negocio. Pero no te preocupes, hoy te mostraremos la solución.
Materializar nuestro sueño es el objetivo más importante, pero no el único cuando hablamos de emprender. Es por ello que en esta ocasión te presentaremos todo lo que tienes que saber para crear una planificación estratégica de tu negocio, cómo conducirla y construirla desde cero para que tu negocio tenga un mapa de camino hacia el éxito.
Quédate hasta el final para que conozcas todo lo que te traemos en esta ocasión con la planificación estratégica, además de algunos consejos más que serán de gran utilidad para ti y que he logrado reunir en una experiencia compartida también en el emprendimiento.
Pero primero, ¿Qué es una estrategia de emprendimiento?
Si no has escuchado antes de esta idea, se trata de un conjunto de procesos que nos permite hacer realidad una proyección o visión. Básicamente la planificación de una estrategia de emprendimiento nos permite crear y definir objetivos, y con ello, construir un plan de acción para que sean posibles en nuestro emprendimiento.
Además de ello, una estrategia de emprendimiento también nos permite materializar lo que hemos planeado y con esto, realizar las modificaciones que consideremos pertinentes para fortalecer las herramientas que nos permitan darle sostenibilidad y poder mantener a largo plazo nuestro emprendimiento.
¿Por qué es importante una estrategia de emprendimiento?
Muchas personas que quieren emprender se saltan este paso porque desconocen su importancia, consideran que es un proceso que está de más cuando lo único que interesa es llegar al objetivo, aunque esto signifique en la mayoría de los casos el fracaso de sus sueños de emprendimiento.
Para que esto no te ocurra es necesario no olvidar su importancia, lo cual podemos lograr si reconocemos sus virtudes. Entre ellas encontramos que contribuye a la identificación de amenazas que se pueden generar a corto, mediano y largo plazo, lo que nos permite actuar a tiempo para poder solucionarlas. Además de esto, permite fomentar una actitud proactiva del equipo y el personal, mejorar la comprensión de las estrategias de la competencia, identificar nuevas oportunidades viables, hacer un seguimiento a las actividades que se realizan, minimizar riesgos de inversión, mejor distribución de los recursos y más.
¿Cómo elaborar una estrategia de emprendimiento?
Ahora sí, manos a la obra. A continuación te presentamos todo lo que debes tener en cuenta para ir desarrollando tu estrategia de emprendimiento, la hoja de ruta por la que empezará a avanzar tu negocio. Empecemos:
Define la misión
Establecer la misión que tendrá nuestra estrategia y así, la actividad de nuestro negocio corresponde a resolver la razón por la que nos encontramos aquí. En otras palabras, hablamos del para qué. Entonces, ¿Cuál es la misión en la que se encauza nuestra actividad?
Para definirla, es importante que sea una misión clara para todos los integrantes de la empresa, que sea compartida por todos, adecuada a la actividad y que también sea compatible con los valores de nuestro negocio. Recuerda que la misión puede estar definida incluso por un verbo que le dé sentido al para qué de tu negocio.
Construye la visión
Pasamos a otro punto clave. La visión, guiada por la intención y el entusiasmo, nos permite crear un orden a través de la afirmación del proyecto que estamos formulando. Es un tipo de objetivo que, aunque a largo plazo y definible por el proceso, se consigna de tal manera que se convierte en el ideal para el que empieza a ponerse en marcha nuestro negocio.
Identifica tus fortalezas
Parte de saber dónde estamos y cuáles son las herramientas que tenemos a favor se instala en el reconocimiento de nuestras propias fortalezas. Son aquellas que nos permiten tomar ventaja en distintas oportunidades y en este sentido, reducir los riesgos o vulnerabilidades de situaciones del mercado a las que nos podamos enfrentarnos.
Identifica también las debilidades
Así como las fortalezas, las debilidades también representan un punto importante en nuestra actividad. En este caso, hablamos de aspectos que necesitamos fortalecer en nuestra actividad, que pueden y deben ser mejorados para aumentar la productividad, el rendimiento, etc. Si como empresa sabemos cuáles son, será mucho más fácil identificar problemas e incluso prevenirlos si trabajamos en ellas para resolverlos a tiempo.
Elabora la propuesta de valor
Contar con una propuesta de valor es una de las fórmulas más importantes de los últimos años, de hecho, se ha convertido en un objetivo no solo de los negocios que se lanzan al mercado, sino también de aquellos que habían dejado de lado su elaboración para destacarse entre la competencia.
Cuando hablamos de una propuesta de valor, nos referimos a aquello que hace único y diferente nuestro negocio. Ten en cuenta que aún cuando tu producto o servicio sea similar al de la competencia, dado que responde a la misma necesidad, existen factores por los cuales puedes ser distinto, ya sea en los canales de atención, las ventajas, utilidades alternas, entre otras.
Establece los objetivos
Una vez hemos mirado hacia el interior del negocio, es momento de seguir proyectando nuestro emprendimiento. En este momento pasamos a definir los objetivos estratégicos. Estos pueden establecerse a partir de cuatro perspectivas, que son las finanzas, los procesos internos, el mercado y finalmente los recursos humanos. A gran escala, son objetivos que redondean la información que hemos tratado previamente y son compatibles con nuestra misión y visión.
Define los indicadores, metas y el plan de acción
Estos elementos van juntos porque vienen juntos justo después de haber establecido los objetivos. En este caso, hablamos de tres aspectos que nos van a permitir materializar la visión que hemos planeado a partir de elementos medibles. A partir de estos tres elementos podremos empezar con las acciones.
Los indicadores nos permiten medir el logro de los objetivos planteados. Las metas, por su parte, son los resultados que vamos alcanzando en el proceso, los cuales poco a poco nos van a permitir alcanzar los objetivos. Finalmente tenemos el plan de acción, el cual reúne una serie de iniciativas y acciones que se deben efectuar con el fin de alcanzar los objetivos a través de las metas.
Implementación de la estrategia de emprendimiento
Luego de una preparación juiciosa a partir del reconocimiento de elementos internos de la empresa, es momento de empezar con las acciones que nos van a permitir que nuestro negocio empiece a avanzar. Para ponernos en acción, es necesario que conozcamos cuáles son las condiciones sociales y culturales sobre las cuales se pondrá en marcha nuestra actividad, así como también debemos poner en marcha nuestra habilidad y astucia para crear una red de contactos que nos permitan aumentar nuestro reconocimiento en el sector.
Revisa la efectividad de la estrategia
La ruta de acción debe estar acompañada por una revisión constante que nos permita verificar que el proceso va avanzando de manera correcta. Es así que en el proceso también debemos mirar aspectos como la posición de mercado, la rentabilidad, la reacción de los competidores, cambios en las estrategias de competidores, oportunidades para cooperar con competidores, las fortalezas y debilidades de sus estrategias, entre otros.
Como vimos, en el marco de los negocios nada funciona de manera correcta si no partimos de una planeación. Una medicación se realiza luego de identificar la molestia, por ello, un negocio debe identificar las debilidades y riesgos para saber dónde inyectar herramientas que fortalezcan sus procesos y las conviertan en puntos a favor.
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