¿Qué es la toma de decisiones?
Fácilmente podríamos definir la toma de decisiones como la elección de una opción entre las demás. Sin embargo, cuando este proceso se realiza en el mundo de los negocios, el proceso debe considerar una serie de aspectos que fortalecen la complejidad de la acción debido a sus implicaciones sobre nuestra actividad.
Tomar decisiones en un negocio es un proceso sencillo, pero no por ello fácil, pues aunque si bien solo tenemos que elegir, esta elección debe estar basada en datos, información, opciones, estrategias, análisis y otros procesos que no pueden estar confiados en la intuición, sino que, tienen bases sólidas para respaldar cada opción que sea, la mejor decisión.
Entonces, ¿Qué es la toma de decisiones en un negocio?
Ahora sí. Hablamos de un proceso de elección entre opciones que pueden afectar el futuro de un negocio, así como también de sus integrantes, socios o colaboradores. Estas decisiones pueden variar en su modalidad y características, siguiendo las partes de un proceso, departamento o actividad en específico, además del equipo responsable de asumirlas, evaluarlas y determinarlas.
Acerca de cuáles son las mejores decisiones o bien, cuándo hablamos de que ha sido una buena decisión, debemos tener en cuenta que estas se caracterizan por estar basadas en datos y se organizan en procesos a partir de procesos en los que se puedan minimizar los riesgos en cada una de las opciones.
¿Cuáles son los pasos para tomar buenas decisiones?
Cuando hablamos de “buenas decisiones” nos referimos realmente a mejores decisiones, decisiones que están basadas en un análisis e información veraces que nos despejan el panorama para ver con mayor claridad cuál tiene el potencial necesario y el mínimo de riesgos. Veamos cuáles son estos pasos y cómo puedes adaptarlos a tu negocio:
Identifica la situación
Un reconocimiento y análisis de la situación actual nos permitirá hallar el problema ante el que nos encontramos y que necesitamos resolver en este momento, es decir, donde reside la decisión que debemos tomar. Con frecuencia hablamos de una decisión con la cual lograremos solucionar una necesidad de nuestro negocio, como puede ser elegir los canales de difusión, el contenido que se va a producir o incluso el presupuesto destinado para una campaña publicitaria.
Es así que, a partir de la identificación de la situación y el problema, podremos empezar a trabajar en los elementos externos e internos para tomar la decisión. Este es un elemento clave para no desviar nuestra atención de la situación-problema y empezar a analizar las posibilidades.
Recopila la información necesaria
El siguiente paso consiste en reunir todos los datos e información que necesitamos, pues para tomar una buena decisión los datos que logremos recolectar cobran especial importancia en el proceso. La información que tengamos nos va a permitir realizar un diagnóstico, de manera que nuestras decisiones puedan considerar en primer lugar la situación y los riesgos posibles.
Aquí lo que debemos hacer, en función del tema que necesitemos resolver, es buscar información acerca de la situación, comprender muy bien el contexto y todas sus dimensiones. Prácticamente, necesitaremos hacer un estudio sobre el problema y reunir la mayor cantidad de información para tomar una buena decisión.
Considera las alternativas
Una vez hemos identificado el problema y reunido la información necesaria, es importante analizar esta información y empezar a visualizar algunas de las alternativas posibles para la toma de decisiones. Con esta información ya es más claro cuáles son las opciones y de ahí, las implicaciones que traería cada una de ellas.
Es importante que tengamos varios puntos para revisar y que de esta forma se puedan formular varias ideas, lo que nos permitirá ver con mayor claridad las alternativas y así, las oportunidades para hallar las opciones más viables y finalmente, la mejor decisión. Aquí también conviene revisar los beneficios, las desventajas, los elementos a considerar a largo, mediano o corto plazo, su impacto, etc.
Elige la mejor opción
Llegamos a un momento crucial pero no es el final. Con toda la información que hemos logrado reunir, la consideración de las alternativas y demás aspectos que nos hemos encargado de reunir, ha llegado el momento de elegir la mejor opción, tomar la mejor decisión. Para ello, lo mejor es imaginar los escenarios posibles de elegir una u otra opción y sus implicaciones basadas en la información recopilada, esto nos ayudará a visualizar mejor la opción más viable.
En la situación ideal y que es el objetivo en este proceso, la opción que hemos elegido debe resolver la necesidad que hemos identificado inicialmente, el elemento que motivó la toma de esta decisión y con ello, un beneficio y salida para la situación.
Realiza un seguimiento de la decisión
Como hemos mencionado en otros apartados y áreas, el proceso no termina en cuanto se ejecuta una acción, en este caso no termina cuando tomamos la decisión, sino que debemos seguir el proceso en el siguiente paso, que constituye una continuación o seguimiento de la decisión que hemos tomado.
Esta acción nos permite verificar sus implicaciones y detectar sus efectos. Solo a través de este proceso podremos observar si en definitiva nuestra decisión fue la correcta y tomar acción sobre las implicaciones que contrajo. Recuerda que cada caso es distinto, de ahí que sea tan importante analizar si funciona.
En últimas, la toma de decisiones en nuestro negocio termina siendo una combinación de elementos y fuentes de información que tenemos de frente para elegir, en algunos casos de forma correcta y otras de forma equivocada pero que siempre nos llevarán a un impacto. Sin embargo, sabemos que lo ideal es dar con las respuestas y opciones acertadas, por ello es crucial que tengas esta información en cuenta para que este proceso tenga bases sólidas.